Nada podemos hacer...

Eh Vuelto! pero no volvi de las cenizas... ni tampoco soy millones... es mas, volvi igual o peor que antes. Hay algo que me sube la autoestima: internet no cambio, mi blog tampoco (seguramente porque soy el unico boludo que lo hace), tampoco cambiaron mis queridisimos lectores, esas dos o tres personas que rien por las pelotudeces que yo escribo. Tampoco traigo ideas nuevas. El intento de hacer videos comicos se posterga hasta que sepa basicamente como... hacer videos comicos. Porque si no tengo ni la mas palida idea de como editar un video, esto va para atras.
-¿no sabes donde hay cursos de edicion de video?
-si, en capital.
La reconcha de tu madre, mas vale que en capital hay, pero algo mas cercano a mi lugar de residencia?.
Nada, pareciese que la gente se interesa y entrena para decir pelotudeces. y esto se debe a una sola razon: el mundo esta lleno de pelotudos. Ya sea en una novela del nueve, en el muro de marley o en radio diney, los pelotudos azotan a la razon, cual zombies en busca de cerebros para comer.
-Perdí el celular! la puta madre!
-como? donde lo perdiste??

o sino

-como andas?
-con los pies, jojo (generalmente esta clase de pelotudos acompañan sus pelotudeces con risas de pelotudos)

Ultimamente en la radio por falta de creatividad, la consigna es decir "que estas haciendo". Es obvio que estoy escuchandote a vos, pedazo de pelotudo, pero ademas, que carajo te importa? me estoy lavando el ojete, hijo de puta.
Pero nosotros que mas podemos hacer? nada! esperar un exterminio de pelotudos? quedarnos viendo bailando por un sueño? La vida nos presiona, la gente nos presiona... los PELOTUDOS nos presionan. Un ejemplo grave de presion, es el que ofrecen las heladerías.
Situemonos en la escena, es noviembre, el calor no es taaaan intenso, parece primavera (basicamente porque en noviembre es primavera), entras a la heladeria y pedis el helado mas pequeño que vendan. Caminas unos pocos pasos hasta el sector "gustos" y alli te encontras con 650 sabores. Gracias a que habia gente adelante tuyo, tenes tiempo para elegir. Ya esta, ya lo tenes, Dulce de leche y Banana. Estas un tanto feliz por estar seguro de tu decision, y de pronto, el heladero te llama para que le digas que gustos queres. Se lo decis confiado, seguro, como si te llevaras el mundo por delante solo por pedir un helado de mierda. De pronto, el heladero escucha "banana", y casi sobreponiendose a tu voz exclama "no hay mas banana". Tu corazon empieza a acelerar, y vos a sudar, inseguridad, temor, mareo, un mar de sensaciones te tienen prisionero: te quitaron tu seguridad. Elevas tus ojos en busca de otro gusto, pero es muy tarde, ya no distinguis entre las letras, solo ves un monton de simbolos ansiosos por hacerte pasar el ridiculo. Derrepente, en un estallido de tu cerebro, exclamas un gusto, inconcientemente. El heladero afirma con un movimiento de cabeza. Luego de varios segundos haces memoria: -Que pedi?- Si, la cura fue peor que la enfermedad, acabas de pedir "pasas de uva con jugo de kiwi verde".
Además, comer de un cucurucho es un arte que no puedo dominar, por mas que me afane 63 servilletas (que por cierto son de plastico inservible), siempre me chorreo toda la mano, creando cierta incomodidad en mi, y las personas que me rodean. Hasta el heladero aveces se compadece diciendome:
-queres un trapo de rejilla, pibe?

Lamentable, pero, que puedo yo hacer? nada! presiones... Otra podria ser... ejem... como decirlo... las fiestas Familiares. En las que no podes llegar ni tarde ni temprano.
Si llegas temprano, tenes que ayudar a poner la mesa, los palitos, los chizitos y papitas, a traer sillas de otro lado, un quilombo.
Si llegas tarde, tenes que saludar a todos esos que no queres saludar: las viejas que te pelliscan y te digan "bebe" aunque ya estes aportando para la jubilacion, los viejos que no controlan su desecha mandibula y te babosean la casa al darte un estrepitoso beso mojado, los infelices que te ponen la cara, y otros. Ademas de todo esto, vas esquivando piernas y sillas.
Pero nuevamente declaro: Nada podemos hacer.
y me retiro con una frase que me heló la piel, lleva consigo una verdad escalofriante.

"es la naturaleza del hombre, como comer vainillas con leche y empadas de carne"

Milton.

muchas gracias.